Italia podría ahorrar aproximadamente 21.740 millones de euros al año utilizando la IA en la sanidad, reduciendo los costes entre un 10 y un 15%. La IA podría automatizar hasta el 36% de las tareas en los sectores sanitario y social, permitiendo que los recursos humanos se centraran en actividades de mayor valor y mejorando la sostenibilidad del sistema. El país también se enfrenta a una inminente escasez de unos 16.500 médicos para 2025 y actualmente carece de unos 50.000 enfermeros.
Según informa la Escuela de Negocios de Roma, el uso de la inteligencia artificial por parte de las empresas italianas crece de forma constante en todos los sectores: El 47,1% de ellas la utilizarán en sus procesos de producción en 2023, el 33% de las empresas en ventas y marketing (+9% respecto a 2021), pero sólo el 26% de las empresas sanitarias italianas tenían previsto invertir en IA en 2023. Sin embargo, la implantación de la IA en los procesos sanitarios podría ahorrar a Italia unos 21.740 millones de euros al año, reduciendo los costes sanitarios entre un 10 y un 15%.
Estas son algunas de las conclusiones de la investigación “El impacto de la Inteligencia Artificial en Italia, desde las finanzas a la sanidad”, de la Escuela de Negocios de Roma, redactada por Valentino Megale, Profesor del MBA Internacional; Francesco Baldi, Profesor del Máster Internacional en Finanzas; Massimiliano Parco, Economista del Centro Europa Ricerche; y Valerio Mancini, Director del Centro de Investigación para la Difusión de la Escuela de Negocios de Roma.
En Italia, se espera que el mercado de la IA en la asistencia sanitaria alcance los 3.190 millones de euros en 2030. Cifras importantes también teniendo en cuenta el envejecimiento de la población italiana: según las estimaciones del ISTAT, en 2050 más de 3 de cada 10 italianos tendrán más de 65 años.
La IA aplicada a dispositivos médicos inteligentes, sistemas de monitorización remota y robótica asistencial no sólo permite una atención personalizada y oportuna, sino que también constituye un importante apoyo para el personal sanitario. De hecho, con el desarrollo actual, la IA tiene potencial para automatizar hasta el 36% de las tareas del sector de la asistencia sanitaria y social, liberando recursos humanos para tareas de más valor añadido y aumentando la sostenibilidad del sistema.
“Integrar la IA en el sistema sanitario supondría un alivio para los trabajadores del sector, cada vez más sobrecargados y con riesgo de agotamiento, y para los pacientes, que verían reducidos los tiempos de espera, manteniendo un servicio preciso y personalizado, siempre bajo la dirección del médico. La IA es una herramienta que acompaña a los profesionales, pero no los sustituye”, afirma Valentino Megale.
En respuesta a la escasez de personal, el aumento del número de pacientes y la onerosa burocracia, la adopción de la IA en el sector sanitario italiano y europeo está creciendo rápidamente: en 2023 su valor global era de unos 208.000 millones de dólares, y aumentará a 1.848.000 millones en 2030 (Statista). El mercado italiano de la IA en la sanidad prácticamente se ha duplicado en los dos últimos años y ve cómo las empresas farmacéuticas participan en asociaciones internacionales con las grandes Big Tech y con empresas especializadas en plataformas de IA para la sanidad, o colaboran en una perspectiva de innovación abierta con start-ups locales (en Italia hay al menos 70 desarrollando sistemas de IA aplicados a las Ciencias de la Vida).
La consigna para el éxito de los servicios tecnológicos entre los mayores es un acceso simplificado: la población mayor de 65 años exige servicios fáciles de usar, eficientes y adaptados a sus necesidades”, afirma Francesco Baldi.
Un ejemplo claro son los hogares inteligentes, un mercado de rápido crecimiento a nivel europeo (37.800 millones de euros en 2025) y los wearables, sensores biométricos que permiten detectar datos como los vitales. La integración con soluciones de inteligencia artificial permite analizar estos datos en tiempo real, identificando anomalías y proporcionando alertas oportunas tanto a los usuarios como a los profesionales sanitarios.
Beneficios y aplicaciones: la adopción de la IA en la asistencia sanitaria
La IA, en sanidad, representa una promesa de eficiencia y ahorro: potencialmente, en Italia, su uso podría reducir los costes en torno a un 10-15%, ahorrando aproximadamente 21.740 millones de euros al año. Y no sólo eso, según la OCDE, la IA puede ayudar a los profesionales sanitarios a dedicar más tiempo de calidad a la asistencia, permitiéndoles centrarse más en interactuar con los pacientes que en transcribir notas y realizar tareas administrativas.
En Italia, un médico dedica 23 de cada 40 horas de trabajo a la burocracia y el papeleo. La IA permite, por ejemplo, reducir los huecos, minimizar la comunicación telefónica y abrir potencialmente más huecos para citas. El resultado es un mejor acceso de los pacientes a la asistencia y una enorme reducción del trabajo de programación que sobrecarga al personal de oficina. La IA también puede cambiar las reglas del juego en lo que se refiere al papeleo para los reembolsos médicos, ayudando a las enfermeras a presentar la documentación con mayor rapidez y precisión”, dice Massimiliano Parco.
Los usos de la IA van más allá del papeleo: en el Hospital Universitario Sant’Andrea de Romase utiliza un software que identifica de forma autónoma las fracturas que podrían escapar al ojo humano, para ayudar al médico que las relee para una posible confirmación. Además, en las resonancias magnéticas, los nuevos algoritmos consiguen ahorrar hasta un 50% de tiempo, y en las tomografías computarizadas, las imágenes se adquieren con un 60% menos de radiación.
A pesar de su gran potencial, la adopción práctica de la IA en el sector sanitario sigue siendo limitada. A menudo, la IA sólo se tiene en cuenta en unos pocos ASL y en pequeñas áreas de ensayo. Además, en 2023 sólo el 26% de las empresas sanitarias italianas tenía previsto invertir en IA y sólo el 4% tenía intención de utilizar fondos del PNRR para este fin.
“La introducción de la IA, en la sanidad como en cualquier otro sector, surge como un proceso profundamente humano que debe adaptarse a los trabajadores sanitarios mediante un enfoque centrado en el ser humano, respetar su integridad y atender sus preocupaciones, al tiempo que se fomenta la adopción y el enriquecimiento de competencias. Sin duda, representa una importante oportunidad para reducir costes y mejorar los servicios a la población”, concluye Valerio Mancini.