Durante la pandemia de COVID-19, el gasto sanitario -interno y externo- aumentó en la mayoría de los países de renta baja y media (PIBM) (136 países), ya que los gobiernos trataron de mitigar los devastadores efectos de la pandemia en la salud y la economía. La Ayuda al Desarrollo para la Salud también aumentó significativamente (en 13.700 millones de dólares o un 35,7% ).
Sin embargo. Si no se afrontan adecuadamente las nuevas realidades fiscales, es probable que se frene la recuperación de la pandemia, perjudicando la prestación presente y futura de servicios sanitarios esenciales, se retrase aún más el avance y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud, aumente la carga impuesta a los hogares a través de mayores desembolsos directos y se socaven los esfuerzos mundiales de seguridad sanitaria.
Este blog analiza los principales factores de presión fiscal y el tipo de políticas que alivian dichas presiones en los PIBM para mitigar su impacto negativo en la salud.
Lea el artículo completo original de Y-Ling Chi, Sanjeev Gupta, Javier Guzman y Lydia Regan.