El sistema sanitario indio es inferior al de sus homólogos de renta baja y media. Se ha observado que los países del sur de Asia con un PIB per cápita ajustado a la PPA más bajo han obtenido mejores resultados sanitarios que India. Y en términos de protección financiera, los hogares indios pagan de su bolsillo un elevado 61% del total de los gastos sanitarios.
Uno de los principales retos es el insuficiente nivel de inversión en sanidad por parte de los gobiernos estatales y nacionales indios y los bajísimos niveles de penetración de los seguros. A nivel agregado, India gasta un escaso 3,84% del PIB en sanidad, del que la contribución del gobierno es sólo del 1,18% del PIB y, debido a varias rigideces estructurales, incluso las cantidades que se asignan no se gastan cada año. Esto deja un gravoso 2,3 por ciento del PIB, o el 61 por ciento del total a gastar como OOPE por los consumidores indios, con el seguro contribuyendo sólo alrededor del 0,30 por ciento del PIB.
Los fondos asignados a la sanidad por el gobierno se utilizan actualmente de forma muy deficiente, lo que deja un margen de mejora considerable.
- Los ingresos fiscales se utilizan para prestar directamente servicios sanitarios gratuitos, con especial atención a la salud materno-infantil. Aunque se ha hecho un trabajo especialmente bueno con estos fondos limitados, también hay mucho despilfarro, ineficacia, desigualdad y baja calidad asociados a ellos.
- Incluso el régimen del Seguro Estatal de los Empleados (ESI) de India, uno de los regímenes de seguridad social más maduros del mundo, tiene un pobre historial de prestación de servicios a sus asegurados.
- Además, los gastos sanitarios del gobierno están organizados en programas fragmentados y utilizan presupuestos arcaicos por partidas y financiación basada en insumos, que no pueden trasladarse de una partida a otra.
Oportunidades de mejora
- La presupuestación por partidas puede mejorarse implantando mejores sistemas de datos junto con un mayor nivel de flexibilidad dado a los responsables locales para moverse entre partidas.
- Implantar un sistema de reparto entre compradores y proveedores en el que las asignaciones presupuestarias anuales para sanidad no se transfieran directamente a los ministerios de sanidad, sino que se entreguen a organizaciones intermediarias que, a su vez, paguen a los proveedores en función de los resultados.
- Otra posible medida de mejora del rendimiento podría consistir en potenciar considerablemente el uso de la tecnología dentro de los actuales sistemas de prestación de servicios gestionados por el gobierno.
Este artículo ha sido escrito por Tarun Khanna, Nachiket Mor y Sandhya Venkateswaran.
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