Uganda, al igual que gran parte del África subsahariana, se ha enfrentado a retos extraordinarios desde que se desató la pandemia. Antes de la pandemia, la economía de Uganda crecía, de media, en torno al 6%. Sin embargo, incluso entonces, el crecimiento de la renta per cápita había empezado a ralentizarse debido al elevado crecimiento demográfico de . A través de la línea de crédito ampliada (ECF), el Gobierno de Uganda ha obtenido financiación adicional que contribuirá a generar un crecimiento integrador y sostenible para mantenerlo en la senda hacia la consecución de la cobertura sanitaria universal.
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