Filipinas ha experimentado relativamente más desafíos debido a la pandemia de Covid-19 que quizás sus otros homólogos del sudeste asiático. A pesar de que hace más de dos años se elaboró la histórica Ley de Atención Sanitaria Universal (UHC), la pandemia ha dejado al descubierto varias lagunas tanto en las infraestructuras sanitarias públicas como en las políticas sanitarias nacionales. El objetivo de la ley es “proporcionar a todos los filipinos un acceso equitativo a unos servicios sanitarios asequibles y de calidad, protegiéndoles al mismo tiempo de los riesgos sanitarios financieros”.
Sin embargo, a pesar de la noble intención, la aplicación de una ley de este tipo para más de 100 millones de personas requiere grandes recursos financieros e infraestructurales que sólo pueden generarse progresivamente, como ha señalado una y otra vez el Ministerio de Sanidad.
‘ La transformación de todo el sistema sanitario para lograr una sincera sanidad universal conllevará serias inversiones por parte del Gobierno
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“La dinámica de interrelación de la salud y la economía y las consecuencias perturbadoras de su desequilibrio es una de las lecciones más duras de esta pandemia.
” Orlando Oxales, coordinador principal de CitizenWatch Filipinas
La información procede de un artículo de opinión publicado en Businessworld por Alvin Manalansan, investigador no residente del Stratbase ADR Institute y coordinador de CitizenWatch Philippines.
¿Tiene alguna opinión sobre la Ley UHC de Filipinas? ¿Tiene algo que añadir sobre las iniciativas del Gobierno para financiar la recuperación del COVID-19 y los servicios sanitarios en general? ¿Tiene algo que decir acerca del autor o CitizenWatch Philippines?
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