Maldivas es un país de renta media-alta de poco más de medio millón de habitantes, con una esperanza de vida al nacer de 80 años. El nivel de pobreza en el país ha descendido del 31% en 2003 al 2,1% en 2023. La tasa de mortalidad infantil es de 6 por 1000 nacidos vivos y la tasa de mortalidad materna es de 53. Desde hace décadas, la cobertura de inmunización ronda el 98% y la incidencia de enfermedades prevenibles mediante vacunación es baja. Las enfermedades transmisibles persisten a nivel local, y la prevalencia del VIH y la tuberculosis es muy baja.
El envejecimiento de la población y las enfermedades no transmisibles desafían a Maldivas
A pesar de los numerosos logros en materia de salud, el sistema sanitario de Maldivas se enfrenta a importantes retos debido a las crecientes tasas de enfermedades no transmisibles (ENT). En la actualidad, las ENT son responsables de más del 80% del total de muertes. El envejecimiento de la población impone exigencias cada vez mayores al sistema sanitario, que también depende en gran medida de los profesionales sanitarios expatriados.
Con un gran aumento de la financiación sanitaria a lo largo de los años, el gobierno pudo ampliar la cobertura sanitaria entre la población mediante su propio sistema sanitario de varios niveles y la compra de servicios, conocidos como
Husnuvaa Aasandha
. Es un sistema de seguro de enfermedad universal, financiado con impuestos, que financia a los proveedores de asistencia sanitaria públicos y privados.
El elevado gasto público en sanidad frena el gasto de bolsillo
Las cuentas nacionales de salud 2015-2017 afirma que el gasto sanitario corriente como porcentaje del PIB se mantuvo en el 9% en 2017, y que el gasto público contribuyó a casi cuatro quintas partes de todo el gasto sanitario. Como resultado, sólo una quinta parte de todo el gasto del país se declara como pago directo. Casi tres cuartas partes (73%) de todo el gasto fue utilizado por la población anciana, mientras que el gasto en niños representó el 3% en 2017.
En Maldivas, sostener los niveles actuales de gasto público es fundamental para mantener el impulso hacia la consecución de la cobertura universal, especialmente tras la pandemia de COVID-19. En el futuro, deberán destinarse importantes partidas adicionales a la atención primaria, con servicios de promoción de la salud y prevención de enfermedades que puedan aliviar a los sistemas sanitarios de gastos innecesarios e irracionales. El Plan Nacional Maestro de Salud (2016-2025) apoya los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se está aplicando mediante un enfoque multisectorial y de “una sola salud”.
