En el ámbito de la salud mundial, la financiación sostenible de la inmunización plantea un reto acuciante, sobre todo para los países de renta baja y media (PRMB), con sistemas históricamente infrafinanciados. A pesar de que la pandemia de COVID-19 puso de relieve la urgencia de unos sistemas sanitarios autosuficientes, muchas naciones siguen dependiendo en gran medida de los fondos de los donantes para la inmunización sistemática. En un contexto de restricciones económicas e inestabilidad política, sigue siendo incierto garantizar asignaciones suficientes para la inmunización en los presupuestos nacionales.
Sin embargo, una correspondencia en Lancet de Uchenna A Amaechi y colegas propone un seguro nacional de enfermedad como solución innovadora para cofinanciar los servicios de inmunización. Esta estrategia, ya adoptada por muchos países para impulsar el avance hacia la cobertura sanitaria universal, ofrece una vía prometedora para reorientar los fondos comunes hacia la atención primaria, incluida la inmunización. Al esbozar recomendaciones clave para la acción, los autores abogan por un cambio de paradigma en la financiación de la asistencia sanitaria, instando a las partes interesadas a explorar los seguros nacionales de enfermedad como fuente de financiación vital para la inmunización, especialmente en los PBI y los PIM.