El objetivo de esta estrategia es construir gradualmente un sistema de protección social más completo y eficaz, dando prioridad a medidas y programas que reduzcan la vulnerabilidad de los grupos más pobres y de mayor riesgo. Por tanto, constituye un marco para los esfuerzos de las autoridades públicas por reducir la precariedad de las poblaciones más vulnerables, en particular reforzando sus capacidades, y permitirles gestionar mejor los riesgos sin recurrir a mecanismos de adaptación perjudiciales.