La política de salud comunitaria se deriva del impulso dado por el Presidente a la CSU, en la que existe una preocupación por acercar la asistencia sanitaria a la población, guiada por la equidad y el deseo de evitar a las familias ciertos gastos relacionados con la distancia y los retrasos en la asistencia.
El objetivo de la Política Comunitaria de Salud es contribuir a la reducción de la morbilidad, la mortalidad y la discapacidad, con la plena participación de las comunidades. En concreto, pretende i) Establecer un sistema de gobernanza propicio a la promoción de la salud comunitaria, ii) Garantizar el compromiso y la participación de todas las partes interesadas en la salud de la comunidad, iii) Integrar las intervenciones sanitarias comunitarias en el proceso nacional de planificación, ejecución, seguimiento y evaluación de la aplicación de la política sanitaria nacional y del Plan Nacional de Desarrollo Sanitario, iv) Ampliación sostenible de las intervenciones comunitarias.
Para lograrlo, las directrices se basan esencialmente en integrar la salud comunitaria en el sistema nacional de salud y garantizar su financiación y sostenibilidad, con un papel clave de las comunidades. Este posicionamiento se basa en su participación efectiva y su apropiación del proceso de desarrollo sanitario en sus respectivas localidades, como parte de un enfoque multisectorial diseñado para ayudar a lograr la cobertura sanitaria universal.