Es necesario cambiar el lenguaje de la financiación sanitaria para incluir una mentalidad de salud para todos. El artículo aboga por una taxonomía sanitaria que oriente las inversiones públicas y privadas, mejorando la resiliencia y la equidad del sistema sanitario mundial.
La pandemia COVID-19, las frecuentes catástrofes naturales y los acontecimientos geopolíticos subrayan la urgente necesidad de contar con sistemas sanitarios resistentes, capaces de recuperarse eficazmente en condiciones adversas. Para mejorar la preparación global, es crucial un enfoque colaborativo que implique tanto la supervisión gubernamental como la participación del sector privado. Este artículo aboga por el desarrollo de una taxonomía sanitaria, inspirada en la taxonomía climática de la UE, para orientar y movilizar las inversiones privadas y públicas en los sistemas sanitarios. Mediante el establecimiento de parámetros sanitarios claros y mensurables, esta taxonomía pretende alinear las actividades económicas con las prioridades de salud pública, incentivar iniciativas sanitarias de impacto y fomentar la equidad sanitaria mundial.