Un estudio reciente revela que más de un tercio de los estadounidenses, aproximadamente 91 millones de personas, no pueden permitirse una asistencia sanitaria de calidad, con tasas significativamente más altas entre la población negra (46%) e hispana (52%). El acceso a la asistencia sanitaria se ha mantenido estable para las personas más ricas, pero ha disminuido drásticamente para las que tienen ingresos más bajos.
Un nuevo estudio pone de manifiesto un preocupante aumento de la incapacidad para costearse la asistencia sanitaria en Estados Unidos, revelando que más de un tercio de los estadounidenses -aproximadamente 91 millones de personas- no pueden acceder a una asistencia sanitaria de calidad en caso de necesidad. El Índice de Asequibilidad de la Asistencia Sanitaria de West Health-Gallup informa de que el número de personas que tienen dificultades para pagar la asistencia sanitaria ha alcanzado niveles alarmantes, por lo que se requieren medidas políticas urgentes tanto a nivel estatal como federal. Tim Lash, presidente del West Health Policy Center, subraya que, si no se interviene, cada vez más estadounidenses tendrán que elegir entre la asistencia sanitaria y otros gastos esenciales, lo que tendrá importantes repercusiones humanas y económicas.
La encuesta indica que el 35% de los estadounidenses en general no pueden permitirse una asistencia sanitaria de calidad, con tasas especialmente altas entre las comunidades minoritarias: El 46% de los estadounidenses de raza negra y el 52% de los hispanos afirman tener dificultades similares. Aunque el acceso se mantiene estable para las personas más ricas, los hogares con ingresos más bajos están experimentando descensos significativos. Aproximadamente el 64% de los que ganan menos de 24.000 dólares declararon no poder permitirse la asistencia sanitaria, lo que supone un aumento de 11 puntos respecto al año anterior, y el 57% de los hogares que ganan entre 24.000 y 48.000 dólares también tienen dificultades.
El estudio concluye que sólo la mitad (51%) de los estadounidenses están “seguros en cuanto a costes”, es decir, no tienen dificultades recientes para costearse la asistencia sanitaria o los medicamentos, el nivel más bajo desde que el índice empezó a elaborarse en 2021. En particular, los hispanoamericanos han experimentado el mayor descenso en la asequibilidad de la asistencia sanitaria, mientras que los estadounidenses de raza negra también se han enfrentado a importantes dificultades.
Según Dan Witters, investigador principal de Gallup, el deterioro del acceso a la asistencia sanitaria afecta especialmente a los adultos negros, hispanos y con menores ingresos, mientras que los adultos blancos y los de hogares con mayores ingresos permanecen en gran medida aislados de estas tendencias. La encuesta, realizada entre 6.296 encuestados de todo el país, subraya la creciente brecha en el acceso a la asistencia sanitaria y la necesidad urgente de soluciones a esta crisis cada vez mayor.