A medida que la financiación de la sanidad pública se enfrenta a la creciente presión de las recesiones económicas, la deuda y las crisis mundiales, los expertos piden que se dé prioridad a la sanidad en los presupuestos gubernamentales y se aprovechen las estrategias financieras innovadoras para sostener los sistemas sanitarios.
Según un artículo de Health Policy Watch, la financiación sanitaria está disminuyendo en muchos países debido a los retos económicos relacionados con la COVID, el pago de la deuda y crisis superpuestas como el cambio climático y los conflictos. David Evans, profesor visitante del Geneva Graduate Institute, destacó la dificultad de aumentar los presupuestos sanitarios en tales condiciones, señalando los retos políticos que supone dar prioridad al gasto sanitario cuando el gasto público general se está reduciendo.
La ayuda al desarrollo para la salud también se enfrenta a retos, y Erika Placella, de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), pidió una mayor “complementariedad” entre las iniciativas sanitarias mundiales. Placella destacó la importancia de coordinar los esfuerzos y utilizar los fondos existentes para abordar la preparación ante una pandemia, en lugar de crear nuevas iniciativas fragmentadas.
Países como Etiopía, que dependen en gran medida de la ayuda exterior al desarrollo (AOD), están explorando soluciones innovadoras, como la creación de un fondo de salud gobierno-donante para abordar prioridades sanitarias clave, como el fortalecimiento del sistema sanitario y la preparación ante pandemias. Mientras tanto, la defensora de la salud keniata Joyce Ng’ang’a, de WACI Health, instó a centrarse en los determinantes sociales de la salud, pidiendo un sistema sanitario comunitario reforzado para reducir la carga de los centros sanitarios formales.
