El informe HGPI destaca el papel fundamental de los datos en el avance de la Cobertura Sanitaria Universal (CSU) y la financiación sanitaria, haciendo hincapié en el uso de bases de datos internacionales para el desarrollo eficaz de políticas y la comparación global.
El Instituto de Salud y Política Global (HGPI) ha publicado su última columna política, “Hacia unos sistemas sanitarios justos: El poder de los datos en el avance de la cobertura sanitaria universal y el apoyo a la financiación sanitaria”, en el marco de su Proyecto de Estrategia Sanitaria Global. La columna subraya que lograr la Cobertura Sanitaria Universal (CSU) no consiste sólo en ampliar el acceso a la atención sanitaria, sino también en garantizar la sostenibilidad financiera y la resiliencia social.
Reconociendo el creciente interés internacional por la CSU, sobre todo tras los brotes de enfermedades infecciosas, HGPI destaca el liderazgo de Japón en el avance de la CSU a escala nacional y mundial. Iniciativas como el próximo Centro de Conocimiento sobre la CSU y la defensa de Japón en la Cumbre del G7 de Hiroshima subrayan el papel fundamental de la financiación sanitaria sostenible.
HGPI subraya que unos datos fiables y comparables internacionalmente son esenciales para visualizar los sistemas de financiación sanitaria y orientar las políticas. La columna revisa bases de datos clave, como la Base de Datos Mundial sobre Gasto Sanitario de la OMS, las Estadísticas de Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial, la Base de Datos sobre Gasto Sanitario de la OCDE y la Base de Datos de Ayuda al Desarrollo para la Salud del IHME, entre otras. Cada recurso ofrece ventajas distintas para las diferentes partes interesadas, desde los responsables políticos hasta los investigadores y las organizaciones de la sociedad civil.
En medio de las presiones fiscales y los cambios en las prioridades de los donantes, el HGPI advierte que salvaguardar el progreso de la CSU requiere un uso sólido de los datos, una financiación innovadora y una mayor movilización de los recursos nacionales. El Instituto pide un mayor compromiso mundial para crear sistemas de datos como “lenguaje común” de la política sanitaria, haciendo hincapié en la transparencia, el desarrollo de capacidades y la colaboración intersectorial para crear sistemas sanitarios más justos y resistentes en todo el mundo.
