Desde 1987 se han puesto en marcha en Burundi varios mecanismos para financiar el acceso a la atención sanitaria.
- Mutualidad de Servicios Públicos (MFP) que cubre aproximadamente el 7% de la población
- Fondo de inversión del sector privado (MSP) que cubre entre el 1,5 y el 2%.
- Mutuas sanitarias comunitarias que cubren el 0,5
- Tarjeta de asistencia médica para el sector informal y rural
- Asistencia sanitaria gratuita para menores de cinco años y mujeres embarazadas combinada con financiación basada en resultados
Este último mecanismo ha mejorado la calidad y el uso de los servicios sanitarios y ha contribuido a un descenso significativo de la mortalidad infantil, prevista en 37,9 por 1.000 en 2022.
La tasa de mortalidad materna está disminuyendo gradualmente, pero sigue siendo alta, estimada en 494 por 100.000 nacidos vivos (2020). El sistema de financiación sanitaria está fragmentado. No promueve el reparto del riesgo de enfermedad entre varios grupos ni muestra ganancias de eficiencia. Estas deficiencias se deben a la multiplicidad de estructuras de financiación y costes de gestión. La mayoría de los burundeses carecen de seguro médico. Solo el 22% de la población estaba cubierta, según la Encuesta Demográfica y de Salud de Burundi 2016-2017.
Reformas previstas para la cobertura sanitaria universal (CSU)
Burundi ha elaborado una estrategia de financiación sanitaria para los próximos siete años , para avanzar hacia la cobertura sanitaria universal, una prioridad para el Gobierno. El Gabinete del Primer Ministro preside un comité directivo en el que participan diversos sectores y agentes y que está guiando el proceso .
Las reformas previstas abordan las tres funciones principales de la financiación sanitaria: recaudación de ingresos, mancomunación de riesgos y compraasí como cuestiones de gobernanza. En una primera fase, se prevé establecer un sistema de cobertura sanitaria universal obligatoria de tipo contributivo con un fondo común para los sectores informal y rural que capte y agrupe la financiación y cree los mecanismos operativos necesarios, manteniendo y reforzando al mismo tiempo el PSM. En una segunda fase, el plan consiste en crear un fondo único que agrupe todos los fondos y mejore el reparto del riesgo de enfermedad, impulse la solidaridad nacional, cree subvenciones cruzadas de “los sanos a los enfermos” y aumente la equidad en el acceso a una asistencia de calidad para toda la población de Burundi.
Hay que volver a dar prioridad a la protección sanitaria y social. Las vías de mejora incluyen una fiscalidad más favorable, una mayor eficiencia y gestión de las finanzas públicas mediante la aplicación eficaz de los programas, y la previsibilidad de la financiación externa para satisfacer las necesidades de financiación.