En noviembre de 2023, en el marco de la mejora de la calidad de la acción pública, se encargó a la Inspección General de Finanzas (IGF) y a la Inspección General de Asuntos Sociales (Igas) una revisión del gasto en productos sanitarios, que representó 14.000 millones de euros del gasto del Seguro de Enfermedad en 2022. Este gasto ha aumentado en 2.400 millones de euros desde 2017, lo que supone un incremento del 3,7% anual.
Los autores han identificado tres vías para conseguir ahorros: la participación de los usuarios, el control de los precios y tarifas, y el control de los volúmenes. La primera palanca sería la introducción de una franquicia y un aumento de los copagos. Aunque son los únicos productos sanitarios no sujetos a franquicia, la introducción de una franquicia de 1 euro generaría un ahorro de 259 millones de euros de aquí a 2025. Un aumento de diez puntos en los copagos generaría un ahorro de 370 millones de euros. La segunda palanca, basada en el control de precios y tarifas, ya se está utilizando y actualmente genera un ahorro de 128 millones de euros al año. Esta cantidad podría incrementarse entre 100 y 250 millones de euros en el marco de las negociaciones del Comité économique des produits de santé (Ceps) para el periodo 2025-2027.
Además, podría controlarse más de cerca el volumen de prescripciones mediante solicitudes de acuerdo previo. También sería aconsejable ofrecer un mejor apoyo a los profesionales, en particular mediante el desarrollo de programas informáticos de ayuda a la prescripción y dispensación. Por último, se considera necesaria una revisión de las indicaciones y condiciones de prescripción para garantizar la coherencia con las recomendaciones sanitarias.